El Circulo Dorado de Islandia: Parque Nacional de Thingvellir, Geysir, Gullfoss y Kerid
El Círculo Dorado de Islandia es la ruta turística más popular, está en el suroeste de la isla. Son unos 300km de recorrido circular empezando y terminando en la capital Reykjavik. Tiene muchos puntos interesantes como el Parque Nacional de Thingvellir, la cascada Gullfoss y la zona geotermal de Geysir, donde hay varios geisers.

Nosotros no hicimos la ruta circular hasta Reykjavik, sino que avanzamos hasta Hella para hacer noche allí y seguir la ruta a la isla al día siguiente.
Tras pasar un día en Reykjavik, nos despertamos temprano con ganas de aprovechar el primer día fuera de la capital. Desayunamos y fuimos a recoger el coche de alquiler en la oficina de Cars Iceland en la propia Reykjavik, situada en el «polígono industrial» que hay un poco más allá del puerto. Desde allí pusimos rumbo hacia el Parque Nacional de Thingvellir, la primera parada del día.
Los recorridos hacia todos los lugares de los que se habla en el artículo podéis verlos abajo en el mapa.
Parque Nacional de Thingvellir (Þingvellir)
Este Parque Nacional dista 45 km de la capital Reykjavik. Está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es uno de los lugares de Islandia con mayor historia. No es para menos, ya que aquí se situaba el Althing, se dice que el Parlamento más antiguo del mundo, fundado por los vikingos en el año 930.
En cuanto a su localización y geología es también un punto muy interesante. Aquí se juntan las placas tectónicas euroasiática y norteamericana. Esto es visible en las fallas que atraviesan el Parque Nacional y en los cañones que se han formado poco a poco, ya que el terreno está en continuo movimiento, cambiando centímetro a centímetro con el paso de los años.
En este lugar hay muy pocas construcciones: el Centro de Visitantes, una Iglesia que podemos divisar desde el primer mirador y junto a ella varias casitas donde veranea el Primer Ministro de Islandia.



Para conocer bien este lugar hicimos una ruta típica desde el parking del Parque Nacional hasta la cascada Öxarárfoss. Son unos 4 ó 5 km ida y vuelta, y está bien señalizado por un camino en buen estado.
Parking de Thingvellir
Al ser Parque Nacional, el parking de Thingvellir es de pago. Como todo en Islandia, se puede pagar con tarjeta, en una máquina con TPV que hay junto a los aparcamientos. El precio es de 500 ISK por coche (unos 4€).
El horario de pago es de 09:00 a 20:00. Si no queremos pagar con tarjeta podemos hacerlo en efectivo en el edificio del Centro de Visitantes que está caminando hacia el río.

Baños públicos en Thingvellir
Junto al Centro de Visitantes hay unos baños públicos de pago. Cuesta, por persona, 200 ISK (1.60€). Como truco para vuestra visita, si no sois muy escrupulosos, en el camino hacia Ôxarárfoss hay un par de lugares con los típicos baños químicos. Estos baños solo están cuando la metereología lo permite. En invierno encontraréis el cubículo de madera totalmente vacío y un cartel indicando prohibido pasar.

Zona geotermal de Geysir
Siguiendo el recorrido, la siguiente parada era la zona geotermal de Geysir, situada en el valle Haukadalur.

Este lugar es famoso por los géisers, de hecho aquí está el Geysir original que dio nombre a todos los demás. Lamentablemente, este Geysir original lleva años sin actividad, según dicen por culpa de los turistas que tiraban piedras al interior para intentar que lanzase agua, hasta que se atascó por completo.



No obstante podemos ver otro geiser activo: Strokkur. Cada pocos minutos emite una masa de agua y vapor hirviendo a unos 20 metros de altura. Es un espectáculo que congrega a muchos turistas alrededor esperando el momento para verlo en directo. Está cercado para evitar que alguien entre y ocurra algún accidente. Esta actividad sigue así de momento pero algún día puede cambiar y que otro geiser pase a estar más activo y este se «duerma». La Tierra está viva y continuamente se modifican presiones internas, hay movimientos de tierras, etc.


En todo el área, aparte de geisers, vemos pequeños riachuelos de agua hirviendo, vapor saliendo de la tierra debido al calor y un olor característico.
Junto a la zona de geisers, al lado del parking (gratuito) hay un edificio con restaurante – cafetería, tienda de ropa, souvenirs, baños… que viene bien para hacer una parada.
Cascada Gullfoss
Continuamos el camino por el Circulo Dorado. El siguiente punto era la cascada Gullfoss.

Esta cascada es una cascada doble realmente espectacular. Se sitúa en el cañón del río Hvitá y tiene una historia curiosa. Hasta mediados del siglo XX fue propiedad privada y se estuvo especulando con usar la caída del agua para generar energía eléctrica. Este proyecto se abandonó por falta de dinero, mientras que la catarata fue pasando por diferentes propietarios. Al final se vendió al estado islandés, que incluso siguieron pensando en esa posibilidad de explotación. Finalmente ninguno de estos planes se llevó a cabo y en la actualidad se encuentra protegida.
Hay varios caminos para ver la cascada desde diferentes ángulos. Algunos van bastante cerca del agua y otros están situados más arriba obteniendo una buena panorámica.


Tras esta visita y aprovechando que comenzó a llover un poco, nos metimos en el coche y pusimos rumbo hacia el último punto planeado para ese día: el cráter del volcán Kerid.
Volcán Kerid: el cráter perfecto
Después del Parque Nacional de Thingvellir, la zona de los géiseres y la impresionante cascada Gullfoss, eran aún las 16:30 de la tarde y teníamos unas horas más de luz para aprovechar.
Siguiendo la carretera hacia el sur dirección Selfoss, nos encontramos a la izquierda con el cráter del volcán Kerid. Este volcán se encuentra en una propiedad privada, pero podemos visitarlo pagando el precio de la entrada (400 ISK, algo más de 3€).

Merece la pena la parada. Es un volcán completamente redondo, podríamos decir que perfecto. Lo mejor es la mezcla de colores que hay. Vemos el cráter rodeado de tonalidades rojizas y verdes por la vegetación, y en el fondo un lago de un color turquesa muy intenso.
Podemos bajar hasta el agua aunque hay que tener cuidado de no caer. Nosotros optamos por dar la vuelta al volcán por arriba alrededor para verlo desde todas las perspectivas.
Como curiosidad, la conocida cantante islandesa Björk dio un concierto en el lago de Kerid, subida en una barca. Esto fue en el año 1987. Fue algo parecido al siguiente vídeo de otra mujer cantando en el año 2011.
Terminando el día en Hella y durmiendo malamente en el coche
Tras un largo día viendo cosas y con unos cuantos kilómetros recorridos, aunque al caminarlos «por etapas» parezcan menos, el día llegaba a su fin. Teníamos pensado dormir en Hella junto al camping. Antes de ir allí visitamos muy fugazmente dos pueblos costeros: Eyrarbakki y Stokkseyri. No tienen mucho de especial y son muy pequeños. Dimos una vuelta con el coche, un paseo junto al mar y ya nos dirigimos a Hella.
Hella tampoco tiene mucho que ver, es otro pueblo pequeño con típicas casitas islandesas, pero nos sirvió de base durante esa noche y la siguiente. Tiene supermercado, gasolinera, algún restaurante… lo básico para abastecerse durante ese tiempo.
Estuvimos cenando en el restaurante junto al camping: Restaurant Árhús. Una sopa típica (las sirven con pan y mantequilla para untar y son bastante contundentes) y ya fuimos a descansar… o a intentarlo. El precio unos 10€ cada sopa, el agua la sirven gratis como en todos los restaurantes en Islandia.
Dormir en el coche: una mala idea
Teníamos pensado dormir en el coche durante todo el viaje, y así lo hicimos esa noche. Llevamos colchones inflables y sacos de dormir. Era un coche 4×4 y tumbando los asientos traseros había sitio. Además al estar en campings podríamos hacer uso de los baños, cocina, etc.
Pero la cosa no fue como habíamos imaginado. Aún siendo finales de verano (septiembre) hacía más frío del que esperábamos y era bastante incómodo. Quizá una persona podría dormir bien pero dos no. Así que fue la primera y última noche que dormíamos a la aventura. Los días posteriores fuimos reservando hostales y guesthouses por la mañana según donde veíamos que podíamos acabar la ruta de ese día. Fue un gasto imprevisto, pero merecía la pena descansar bien para aprovechar bien los días.
Al día siguiente teníamos una excursión que superó mucho nuestras expectativas y se convirtió en una de mis zonas favoritas de Islandia: Landmannalaugar, en las tierras altas.