Japón día 13: Nikko y su Parque Nacional

Nikko fue nuestra última visita fuera de Tokyo. Es una pequeña ciudad a unos 140km al norte de Tokyo. Posee un importante conjunto de templos y santuarios que fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Además de la belleza arquitectónica, también tiene una naturaleza a su alrededor muy bonita, con el Parque Nacional Nikko, donde se encuentra la catarata de Kegon.

Conjunto monumental Patrimonio de la Humanidad de Nikko 

El trayecto de Tokyo hasta Nikko dura alrededor de 2 horas. La mejor forma para llegar en tren, es tomar un Shinkansen Yamabiko hasta Utsunomiya (una ciudad cercana a Nikko, a unos 100km de Tokyo) y aquí tomar la JR Nikko hasta la estación de Nikko.

Nikko

La zona donde están los templos y santuarios, dista unos 2km de la estación. Se puede ir en autobús urbano, pero decidimos ir andando y ver la ciudad.
Para cruzar a la zona monumental de Nikko, hay que cruzar un río por un puente, que está al lado del puente de madera sagrado Shinkyo, que es uno de los tesoros arquitectónicos de Japón, formando parte de ese conjunto de monumentos Patrimonio de la Humanidad. Este puente estaba reservado al emperador y sus generales, no pudiendo ser cruzado por la población en general. Fue en 1973 cuando se abrió a todo aquél que quisiera cruzarlo. Eso sí, cuesta 300 yenes (algo más de 2€) cruzar el puente.

Puente Sagrado Shinkyo, en Nikko
Puente Sagrado Shinkyo, en Nikko 

Toda esta zona está llena de vegetación y bonitos paseos con escalinatas y pasarelas que llegan hasta los primeros templos y santuarios que podemos ver. Una de las primeras cosas que podemos ver es el mausoleo de Tokugawa Iemitsu, que es también un santuario (son dos edificios diferentes, al lado uno del otro). Dentro están las torres del tambor y de la campana, rodeadas de linternas de piedra, que se accede por unas escaleras y entras en el edificio. Contiene una estatua y un altar budista. Cuesta 550 yenes la entrada.

Tokugawa Iemitsu 
Vegetación en Nikko 

Lo que nos pasó con éste y otros templos y santuarios de Nikko, es que este año estaban en reformas. De hecho, la mayoría no se veía la fachada propia del edificio, sino la típica «portada» de lona o similar, que ponen simulando la fachada real a los edificios que están en obras.

Monumento por la calle en Nikko 

Siguiendo dirección norte, se encuentra el templo Toshogu, que es considerado Tesoro Nacional. Este templo guarda la famosa escultura de madera de los tres monos sabios. Uno de ellos se tapa los oídos, otro la boca y otro los ojos.

Parte del templo Toshogu 
Escultura de los tres Monos Sabios de Nikko 

Estos tres monos son muy conocidos por la mayoría de nosotros actualmente. Seguro que los hemos visto por el programa de mensajería Whatsapp en multitud de ocasiones. Pues esos tres iconos de un mono tapándose la boca (Iwazaru), otro los ojos (Mizaru) y otro los oídos (Kikazaru), vienen justamente de esta escultura nipona.

Iconos de los tres monos en Whatsapp 

A la izquierda de este templo podemos ver una bonita pagoda de cinco niveles, representando, de manera ascendente, a la tierra, el agua, el fuego, el viento y al cielo.

Pagoda de cinco plantas, en Nikko 

Un poco más adelante está el santuario Futarasan-jinja, que está compuesto de varios edificios construidos en diferentes épocas. La entrada aquí cuesta 200 yenes y el horario de visita es de 08:00 a 17:00h.
Nikko es una ciudad muy turística, y ese día, quizás por ser verano, había mucha gente abarrotando las calles y caminos entre los diferentes monumentos.

Parque Nacional Nikko

Para ir a la cascada de Kegon, tuvimos que coger un autobús, ya que la distancia hasta allí son unos 10km. El autobús sale desde la estación JR Nikko y va haciendo varias paradas a lo largo de la ciudad, hasta que entra en una carretera (donde hace alguna parada intermedia también) que transcurre por un paisaje muy bonito entre montañas, cogiendo altura poco a poco rodeando zonas frondosas hasta llegar a la parada de autobús cercana al lago Chuzenji.

Cascada de Kegon, en Nikko 

Al salir de la estación de autobuses, que no es más que una pequeña explanada donde paran, tomando una calle principal hacia la derecha, llegamos hasta donde empieza el camino para llegar a la cascada. Es un recorrido corto y hay muchas tiendas por el camino, al ser una zona muy visitada.
A la cascada puedes acercarte a través de varios niveles, desde miradores, muy accesible y bien preparado.

Cascada de Kegon, más cerca 

Esta es una zona con muchos saltos de agua y muchísima vegetación. Hay teleféricos para acceder a las zonas más altas de las montañas. Sin duda lo más visitado y singular de aquí es la gran catarata de Kegon, que tiene casi 100 metros de caída durante todo el año y está a más de 1200 metros de altitud.

En el otro lado se encuentra el gran lago de Chuzenji, que tiene casi 7km de largo. En este lago hacen diferentes actividades y hay zonas preparadas para usar barcas a pedales y similares. Este lago está a los pies del volcán Nantai-zan, de más de 2300 metros de altura. Como anécdota, una especie de «barca a pedales» quedó enganchada (en la foto de abajo aparece) un buen rato, hasta que fueron a ayudarles con otra barca.

Lago Chuzenji, en Japón 
Parque Nacional de Nikko 

También otra visita indispensable por esta zona son los templos que hay en la parte más al este.

Uno de los templos en Nikko 

Una curiosidad, que es muy común encontrarse por Japón, es lo que se ve en la siguiente fotografía. En este caso es una vitrina con botellas de agua que había cerca de uno de los templos, en plena calle. Suele haber ejemplos así con muchas cosas, no solo bebidas. Cualquiera puede abrir la puerta, sacar la botella y dejar el dinero dentro de la caja. No hay ningún tipo de vigilancia, todo confiado a la honestidad del pueblo japonés.

Autocompra de agua en Japón 

Cuando volvíamos para Nikko, ya era una hora con mucho más flujo de turistas que iban después de comer a ver la cascada y la zona de alrededor. La característica de este autobús, es que se pagaba según las paradas que pasases. Al entrar coges un ticket y dentro del autobús hay una pantalla que va aumentando el precio del billete según en la parada en la que entraste, por lo que mientras más tiempo permanezcas en el autobús, más caro es el viaje. La ida lo hicimos completo prácticamente y nos salió por unos 1000 yenes. La vuelta, que había mucho tráfico y continuos parones, al llegar a Nikko decidimos bajar y continuar andando hasta la estación.

Mapa con los puntos donde se encuentra la cascada Kegon, el lago Chuzenji y los diferentes templos y santuarios de Nikko.

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