Inter-Rail 2015 – día 10 (2ª parte): Skopie (Macedonia)
Como contamos en el anterior artículo, fue un duro trayecto el bus nocturno desde Tirana (Albania) a la capital de Macedonia: Skopie.
En esta ciudad íbamos a pasar la mañana entera, desde prácticamente el amanecer hasta las 15:00 de la tarde, cuando partiríamos hacia Pristina, capital de Kosovo. Así que había que aprovechar el tiempo y patear la ciudad a pesar del cansancio.
Llegamos al hostal donde teníamos reserva alrededor de las 6:30am. Era de día hace más de una hora, sobre las 5am amanece en Julio en Skopie, pero aún así muy temprano para entrar dentro. Decidimos esperar fuera del hostal, en una pequeña terraza con sofás que tenían, a que fuese una hora más decente, y allí nos quedamos dormidos cada uno en un sofá, con bastante calor para ser la hora que era.

Finalmente, sobre las 9 apareció una mujer, responsable del hostal, despertándonos y pudimos entrar dentro.
Este hostal lo habíamos reservado solamente para dejar las maletas y darnos una ducha, ya que por 5€ que nos costaba a cada uno la noche, en habitación triple, nos compensaba. Así que dejamos las maletas y nos fuimos a ver la ciudad.
Skopie nos pareció una ciudad bastante curiosa. Todo el centro estaba bastante nuevo, muchos edificios blancos y ostentosos, decenas de estatuas por todos lados, con muchas obras de remodelación. Estaban invirtiendo mucho dinero en remodelar la cara visible de la ciudad. Ya nos comentó un hombre en el hostal, que todo el centro, todas las esculturas que había, etc. llevaban pocos años ahí. Todo fue parte del llamado Plan Skopie 2014, por el cual se reconstruyó la parte más turística de la ciudad y causó gran controversia por su elevado coste (algunos lo estiman en 500 millones de euros).
Eso sí, si caminabas un poco alejado del centro, la ciudad cambiaba muchísimo. Veías edificios más antiguos y estropeados.

Comenzamos a caminar cerca de las 10 de la mañana. Lo primero con lo que nos encontramos fue el edificio del Museo de la Ciudad, que antiguamente era donde se situaba la estación de tren. No entramos pero nos sorprendió el reloj de su fachada, parado a las 5:17. Lleva así desde el 26 de Julio de 1963, cuando la ciudad sufrió un gran terremoto con más de 1000 muertos y en el que se destruyó 3/4 partes de la ciudad.
Seguimos andando hacia el centro de la ciudad y nos encontramos con la Casa Memorial de la Madre Teresa de Calcuta. La monja católica nació en la actual Skopie, cuando la ciudad se llamaba Uskub y era parte del Imperio otomano.

Una vez pasada esta Casa Memorial, apenas 200m adelante caminando por Macedonia Street, llegamos a la plaza más importante de Skopie: la Plaza Macedonia.
En esta Plaza se encuentra la gran estatua de Alejandro Magno. El estado macedonio se gastó casi 10 millones de euros en esta enorme estatua que causó mucha polémica con Grecia.

Caminando al lado de la plaza, por la calle 11 de Octubre, nos encontramos con la Puerta de Macedonia. Una construcción parecida a la Puerta de Alcalá de Madrid. Está rodeada de estatuas como el resto de los alrededores.

Al lado de la Puerta de Macedonia empieza un parque (llamado Park Woman Warrior según Google Maps). Pasear por este parque es como hacerlo por un parque temático. Está totalmente lleno de grandes esculturas y estatuas de personajes ilustres macedonios. Se sitúa justo enfrente del Parlamento de Macedonia.


Volviendo a la Plaza. Caminamos hacia el Norte para cruzar el río Vardar por el Puente de Piedra. Enfrente hay edificios como el Museo de Macedonia.


Tras cruzar el Puente de Piedra, nos encontramos con la Fortaleza de Skopie y su parte histórica. En ella está el Gran Bazar de Skopie, un conjunto de calles estrechas repletas de mercados de antigüedades, mezquitas, cafeterías, restaurantes…
En el Gran Bazar parece que estás en otra ciudad completamente diferente. Se mantiene la esencia antigua, totalmente al contrario que alrededor de la Plaza de Macedonia, con tanta renovación y escultura.

Tras dar una vuelta, era ya casi el mediodía, hacía bastante calor y teníamos hambre, así que decidimos caminar buscando un sitio fresco donde comer.
Al final acabamos en el centro comercial Ramstore Mall, pegado al Museo de la Ciudad, donde el reloj parado. Era igual que cualquier centro comercial del resto de Europa, con su McDonalds incluido. Entramos en el supermercado, estilo Carrefour, y compramos comida preparada, muy económica y bastante cantidad para reponer fuerzas. Así como víveres para el viaje en autobús que nos esperaba, hacia Kosovo.
