La odisea del viaje de Camagüey a Santiago de Cuba
Santiago de Cuba fue nuestro destino más oriental de la isla de Cuba. Allí pasamos un par de días para conocer la que es una de las ciudades más interesantes y con más historia del país. Se podría considerar como la capital del este. Eso sí, es bastante menos turística y eso se nota en el día a día. En nuestro caso viajamos de Camagüey a Santiago de Cuba en un trayecto que se nos complicó bastante.
Viaje de Camagüey a Santiago de Cuba
La idea que teníamos era coger el primer bus de por la mañana de Camagüey a Santiago de Cuba. Este bus salía a las 06:40 y llegaba a las 12:35h. Una hora buena para poder aprovechar el día en ver esta ciudad, donde además íbamos a estar casi todo el día siguiente. Sin embargo todo eso se torció.
Apalabramos un taxi con el alojamiento para que pasara a recogernos sobre las 6 de la mañana. La estación estaba a unos 5km y andando era inviable. Sin problemas acordamos un precio que nos pareció justo por la hora que era y allí estaba el hombre puntual un poco antes de la hora acordada. Todo iba bien. Habíamos pasado un día en Camagüey muy interesante.
La cuestión es que ese día habían cambiado la hora en Cuba. Eso es algo que nosotros sabíamos desde antes de salir de España y que también volvimos a confirmar allí el día antes. Cambian la hora 15 días después que en Europa, por cierto. Pero bueno, hasta ahí era algo que teníamos controlado y el taxista había llegado a la hora “nueva” y todo correcto.
Sin embargo se complicó todo cuando llegamos a la estación y ya vimos algunos viajeros desorientados (que lógicamente iban a coger el mismo autobús que nosotros, porque no había otro) y alguno estaba hablando con los trabajadores de Viazul, la empresa de buses con la que viajábamos. Ya ahí notamos que algún problema había y que fijo que nos la habían liado con el cambio de hora.
Efectivamente así fue. Hablamos con los trabajadores de Viazul, algo que hay que hacer siempre ya que es necesario que cambien el ticket de la reserva y también para el tema del equipaje, y nos dijeron que el autobús se había ido ya. Que ha habido cambio de hora y que en vez de llegar a las 06:40 llegó a las 05:40h.
Pero claro, nosotros compramos un billete donde ponía claramente que la hora de salida era a las 06:40h. ¿No podían haber hecho las cosas bien y pensar en que había cambio de hora antes de vender el billete? Parece que no. La excusa que nos pusieron es que cuando compramos el billete todavía no habían actualizado la venta y que aparecía con la hora antigua. Algo sin sentido y que en cualquier otro país del mundo nos parecería imposible. Pero esto es Cuba, para lo bueno y para lo malo.
Por tanto nos quedamos sin el autobús y lógicamente los planes que teníamos para ese día estaban rotos. Eso sí, hay que decir que los de Viazul nos devolvieron el dinero íntegro del viaje, aunque eso no era algo que nos sacara del problema. Tocaba buscar la forma de llegar de Camagüey a Santiago de Cuba, ya que la única opción segura era un bus con Viazul que salía sobre las 3 de la tarde. Pero claro, lo primero es que tendríamos que estar como 8 horas esperando y lo segundo que llegaríamos tardísimo.
En nuestra misma situación había dos viajeras alemanas (una hablaba español perfectamente) y un español de Islas Baleares que estaba haciendo un largo viaje por América Central. Decidimos buscar alguna alternativa para poder ir todos a Santiago de Cuba desde Camagüey, que era nuestro objetivo.

Nos dividimos y un grupo se quedó con las cosas en la estación y otro grupo fue a negociar un colectivo de Camagüey a Santiago de Cuba. Parece que la cosa fue bien, nos dijeron un precio que nos parecía más que correcto y lo único es que nos pidieron que teníamos que esperar media hora a que llegara. Bueno, 30 minutos más no es nada y al menos nos aseguramos salir cuanto antes.
Pero ahí continuó la odisea del viaje de Camagüey a Santiago de Cuba. Pasaron 30, 40 minutos, una hora… Allí no llegaba nadie. Ya le preguntamos al que nos había ofrecido el colectivo y nos dijo que no había problemas, que iba a llegar ya mismo y que esperáramos sentados en el parque de enfrente. Ya ahí nos olimos lo que pasaba realmente: el que nos había ofrecido el colectivo no es más que una persona que se dedica a buscar clientes para taxis y colectivos que lleguen y llevarse su comisión. Realmente no había ningún colectivo fijo, sino que él confiaba en que alguno llegaría tarde o temprano y nos montábamos y él se llevaba su dinero.
Y ahí pasó otra hora, dos horas más… Al final parece que llegó un colectivo pero el precio que nos pidió de inicio el que nos lo ofreció casi 6 horas antes no le parecía bien. En realidad el conductor se llevaba mucho menos de esa cantidad, ya que el resto iba para la comisión del otro. Al final hubo tiras y aflojas, no se ponían de acuerdo, discutían entre ellos y a nosotros lo único que nos ofreció era pagar bastante más de lo que nos había dicho inicialmente. Y claro, ya eran como las 13:00h y llevábamos allí esperando un colectivo que nunca llegaba desde las 7 de la mañana. El precio era mucho más caro que esperar y coger un bus que iba a salir un rato después. Total ya habíamos perdido el día.
Colectivo de Camagüey a Santiago de Cuba
Al final se entendieron entre ellos y nos dijeron que en vez de 20 CUC (20 dólares) pagáramos 25 CUC y listo. Aceptamos porque ya estábamos hartos de la situación y también porque las dos alemanas y el español que iban con nosotros dijeron que lo querían pagar e irse cuanto antes.

El viaje duró unas 5 horas en una camioneta que para nada era cómoda. Los colectivos en Cuba son así. Puedes tener suerte y que te toque uno más o menos cómodo (principalmente que al menos haya espacio entre asiento y asiento) y otros que son muy incómodos. El nuestro era de estos últimos, ya que no había espacio entre asiento y asiento. Por suerte íbamos mucha menos gente de las que podrían entrar y había espacio para ponernos en una fila cada uno prácticamente.
Y por fin llegamos a Santiago de Cuba. Lógicamente habíamos perdido el día prácticamente y todo lo que teníamos en mente para visitar pues no pudimos. El colectivo nos dejó cerca del hostal, dejamos las cosas allí y salimos a ver un poco la ciudad. Ya era de noche. Las primeras impresiones que nos llevamos fue de estar en una ciudad mucho más local, por decirlo de alguna manera. No había turismo y eso lo podíamos notar simplemente en el hecho de que en la mayoría de sitios todos los precios estaban en moneda nacional (pesos cubanos) y o no aceptaban CUC o te hacían un cambio algo inferior al oficial.

Nos hospedábamos muy cerca del parque Céspedes, que es la plaza principal donde está la catedral y las calles así con más movimiento. Fuimos por allí a dar una vuelta y ver un poco lo que nos diera tiempo. Ya era de noche y además empezó a llover un poco, por lo que no tardamos en entrar en un bar y allí cenamos.
Así pusimos fin a un día en el que en lo turístico no fue demasiado provechoso, pero sin duda fue toda una aventura. Una de las muchas que te pueden pasar si viajas a Cuba. Al día siguiente vimos la ciudad de Santiago de Cuba, ya que por suerte hasta por la noche no salía nuestro bus.