Vuelo de Madrid a Shanghai, inicio del viaje a China
El día 2 de septiembre llegamos temprano al aeropuerto con las mochilas preparadas para recorrer China por libre durante las siguientes dos semanas.El vuelo desde Madrid hacia Shanghai salía a las 12:50, así que tuvimos tiempo de desayunar algo y recorrer el Duty Free mientras esperábamos a la hora de embarque desde la Terminal 4 del Aeropuerto de Barajas. Encontrar la puerta del vuelo fue sencillo por la cantidad de chinos que estaban esperando alrededor. Comenzaba la inmersión asiática.

Esperamos hasta embarcar, sobre las 12:30. El avión es un Airbus A330-300, con 8 asientos en cada fila, dispuestos en 2-4-2. Tuvimos suerte de tener un grupo de 2 asientos sueltos, siendo uno ventana y otro pasillo.


Durante el vuelo nos dieron una comida en horario de España, más tarde un sandwich sobre la hora de cenar y por último un desayuno 3 horas más tarde (sobre las 5 de la mañana hora China). Supusimos que para ir acostumbrándose al horario chino.


Justo detrás de nosotros viajaba un empresario del Norte de la provincia de Cáceres, que iba hablando de negocios con un chino que se sentaba a su lado. Se dedicaba a la exportación cerezas a China e iba comentando la problemática de exportar tan lejos para el mantenimiento de la fruta, cosas a tener en cuenta… fue una conversación interesante para curiosear.
A pesar de ser un vuelo de más de 12 horas, no se hizo muy pesado al principio, el tiempo pasaba relativamente rápido con los juegos de la pantalla individual de cada asiento, viendo varias películas, etc. Pero las últimas 3-4 horas sí fueron bastante duras, teniendo que dar paseos por la cabina para estirar las piernas. Llegamos a pensar que podría haber merecido pagar para elegir asiento y coger uno en el que poder estirar las piernas, o incluso clase Business si la diferencia de precio no fuese muy grande.

Sobre las 6 de la mañana horario chino encendieron las luces y poco rato después aterrizamos en el Aeropuerto Internacional de Shanghai-Pudong. Lo primero que vimos de la ciudad desde el aire, fueron los famosos rascacielos y mucha contaminación o niebla, o más bien una mezcla de ambos.
Durante el vuelo nos dieron el formulario de entrada/salida del país, donde teníamos que rellenar nuestros datos para entregarlo en el control de pasaportes y visados justo al aterrizar y luego a la vuelta al salir de China.

Una vez en tierra, tras pasar el control de entrada en China, fuimos a coger el famoso Maglev, un tren magnético que comunica con Shanghai en 7 minutos. Concretamente llega a la estación de Longyang Road, donde se puede hacer transbordo a otras líneas de metro. En realidad se puede llegar en metro al mismo sitio, pero es más lento y teníamos la curiosidad de usar este tren magnético, único en el mundo.

Contamos la llegada a Shanghai y visita a la Concesión Francesa en el siguiente artículo.