Japón día 4: Kyoto 2
El segundo día en Kyoto fue mucho más productivo que el anterior, ya que desde por la mañana pudimos empezar a visitar cosas de la ciudad. Sobre las 7:30 de la mañana salimos del hostal para desayunar. Entramos en el supermercado del día anterior que estaba cerca del hostal y compramos algo para comer.

Teníamos previsto ir a sitios que distaban mucho, por lo que teníamos que usar transporte público bastantes veces. La forma más barata era adquirir una tarjeta de un día para usar el autobús de forma ilimitada. Era bastante barato, 500 yenes (sobre 3,5€) y la aprovechamos bastante. La idea era salir temprano y así aprovechar más el tiempo. Pero tuvimos que esperar un buen rato hasta que abrieran la oficina donde se compra la tarjeta del autobús. Nos dieron en la puerta de la estación unos tickets descuento para probar una nueva bebida de McDonalds que estaban promocionando, una especie de refresco helado de varios sabores (probé el de melón). Matamos así el tiempo de espera hasta que pudimos comprar el bono del bus. Aun así, poco más de las 9 ya estábamos montados en el autobús camino de la primera visita.
Los autobuses en Kyoto, no son nada grandes, son más pequeños que por ejemplo los de la EMT de Madrid, en hora punta van muy llenos hasta tal punto que el conductor deja de abrir la puerta para que no entren más. Por cierto, aquí se entra por la puerta de atrás y se sale por la de delante (pagando o mostrando el ticket al conductor). Es curioso cómo el conductor no deja de hablar en todo momento, nombrando la próxima parada, el destino del autobús, etc. No deja de hablar prácticamente en todo el trayecto.

Nuestro primer destino era el templo Tenryu-ji, que estaba en la zona noroeste de Kyoto, en el distrito de Arashiyama, bastante lejos del centro y de donde nos encontrábamos nosotros. Fue algo más de 10km en bus urbano, por lo que estuvimos un rato montados. En mi opinión lo mejor de este templo son sus alrededores. Está metido en una zona boscosa llena de bambús y mucha vegetación variada. Además está situado en una zona ligeramente elevada, por lo que desde allí hay buenas vistas de toda la ciudad.


Detrás del templo está el bosque de bambú, muy famoso en Kyoto. El bosque Arashiyama (tomando su nombre del distrito en el que está). Está habilitado en forma de paseo para andar y una especie de ruta. Esa zona en verano es perfecta para huir un poco del calor del sol. Mientras andábamos entre los bambús no se notaba, pero nada más salir de ellos comprobamos que estaba lloviendo, aunque por suerte no era lluvia fuerte y venía bien para refrescarse un poco.

Llegamos hasta un recinto que parecía ser un parque con bastantes árboles y que resultó ser el cobijo para un pequeño templo que había en medio. El templo Nonomiya. Había bastantes turistas por esa zona y muchas tiendas vendiendo productos hechos artesanales con bambú de la zona. Empezó a llover más fuerte y una vez visto dónde teníamos que coger el autobús, justo al lado había una tienda de comida rápida para comer en la misma calle, pero con techo para refugiarnos de la lluvia. Aprovechamos y comimos algo de Yakitori (pollo frito) que vendían en un vaso. Poca comida, pero bueno tampoco era una hora para comer mucho más.

Era algo más de las 11:00h y cogimos el autobús de nuevo para ir a nuestra siguiente visita, que sería el templo Dorado Kinkaku-ji, que estaba a unos 7km del anterior, en la zona más al norte de Kyoto. Es uno de los templos más importantes de la ciudad. Como su nombre indica es un templo de color dorado, pero dentro del recinto hay varios templos más, de menor tamaño. Dentro del recinto hay muchas tiendas con los típicos artículos para turistas. Importante no comprar dentro de estos templos ya que es cuestión de salir a la calle y la primera tienda que veas va a haber lo mismo y bastante más barato (demostrado).

Después de esta visita, que fue bastante larga porque este templo y sus alrededores dan para rato, salimos fuera para encontrar una parada de autobús que nos llevara al siguiente punto que íbamos a visitar. Anduvimos un poco buscando el número de parada que nos viniera bien. Cuando ya dimos con la parada donde pasaba el bus que teníamos que coger, nos montamos para llegar al santuario de Kamigamo Jinja, que no estaba muy lejos del anterior, unos 3km.

Lo peculiar de este templo es que hay una parte por detrás que está dentro de la montaña, por donde sale un sendero escalonado con Toris (puertas típicas de entrada a templos, generalmente de color rojo-naranja), que pasa paralelo a un riachuelo. En la parte más alta de este sendero, hay buenas vistas de esa zona de Kyoto.


En este templo estuvimos mucho menos tiempo. Era más pequeño y menos cosas para ver. Pronto volvimos a la parada de bus para ir al santuario Shimogamo y al Kamomioya, que están ambos al lado, ya en el centro de Kyoto.

Aquí, como curiosidad, estuvimos presentes en una boda japonesa. En la foto de abajo se puede ver los que se casaron y cómo iban vestidos para la ocasión. En este templo hay una gran zona de arena en medio, donde es común que haya actuaciones.

Lo siguiente que teníamos previsto visitar era el PalacioImperial. Hasta aquí fuimos andando, porque estaba a 1km más o menos. El Palacio está situado en un rectángulo de algo más de 1km de largo y más de medio km de ancho. El edificio central está en el medio, en una parte amurallada a la que hay que entrar pagando y en horario abierto (cosa que ya estaba cerrado, eran más de las 16:00).

Así que ya que no pudimos entrar y lo que había por ahí cerca ya estaba todo visto, ya era hora de comer y nos pusimos a buscar algún sitio. Por las calles de alrededor había algunos restaurantes, aunque prácticamente no había nadie comiendo (ya esa hora es muy tarde para los japoneses comer). Encontramos un restaurante que se veía buenos menús y bastante barato. Decidimos entrar allí porque había variedad y la verdad no nos equivocamos, fue muy buena comida y bastante barato. El menú que yo comí es lo que se ve en la foto. Decir que el arroz era ilimitado, es muy común eso en Japón, te puedes rellenar todo lo que quieras al igual que el agua o té. No recuerdo el precio, pero creo que fueron 800 yenes (unos 6€).

Ese día turísticamente hablando ya no hicimos mucho más. Ya entrada la tarde con los sitios turísticos cerrados, lo que hicimos fue recorrer un poco algunas zonas del centro de Kyoto, calles más modernas y también entrar en un centro comercial y ver algunas tiendas curiosas típicas japonesas. Después fuimos un rato al hostal y luego ya buscamos un sitio cerca para cenar. Al día siguiente sería nuestro último día en Kyoto. Aún faltaban cosas importantes por ver en la ciudad.