Japón día 9: Nara y Osaka 3
Nuestro último día en Osaka lo íbamos a utilizar para viajar a Nara. Nara es una ciudad pequeña en comparación con las grandes urbes japonesas, que durante un corto periodo de tiempo llegó a ser capital del país. Es por eso que durante este espacio de tiempo se construyeron la mayoría de los grandes templos por los que es conocida la ciudad. En la actualidad es uno de los destinos turísticos más importantes de Japón y sus templos y ruinas forman el conjunto llamado Monumentos históricos de la antigua Nara, que son Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Para ir de Osaka a Nara usamos el Japan Rail desde la estación Tennoji, la línea JR Yamatoji Rapid Service. El trayecto dura una hora. Hay trenes regionales más baratos y que tardan el doble, pero como nosotros podíamos usar los trenes JR de forma gratuita, era la forma más rápida de llegar a Nara.
Desde que sales de la estación se ve que es una ciudad tranquila y con mucho menos flujo de gente que Osaka o Kyoto. Sí se ven muchos turistas. Desde la estación hasta la zona donde están la mayoría de los puntos turísticos importantes hay algo más de 1km. Se llega fácilmente por una calle que va directamente hasta el templo Kofuku-ji. En esta calle, que está llena de tiendas de suvenires turísticos, la mayor parte de la gente que vimos eran turistas tanto japoneses como extranjeros.
Lo primero que visitamos al caer de paso, fue precisamente el templo Kofuku-ji. Es uno de los templos más antiguos de la ciudad ya que lo construyeron cuando se fundó Nara. Tiene una bonita pagoda al lado, de 50 metros y es la segunda más alta del país, y justo enfrente hay un lago. La entrada al templo es gratuita, pero dentro está la sala del tesoro y para entrar aquí hay que pagar 500 yenes (menos de 4€) y tiene horario de 09:00 a 17:00.
Seguimos andando en dirección este y ya nos entramos de lleno en el famoso parque de Nara, que es conocido por los más de 1200 ciervos sica que por aquí andan libremente entre turistas sin ningún problema. Aquí en esta zona y aprovechando la cantidad de turistas que pasan cada día, los lugareños aprovechan para vender comida para los ciervos y que la gente les dé de comer. Esta comida consiste en unas galletas redondas llamadas “shika sembei” que venden por 150 yenes.
Dentro del parque y cerca del templo Kofuku-ji, hay varios museos, siendo el más grande e interesante el Museo Nacional de la Antigua Nara.
Uno de los atractivos más importantes de Nara es el templo de Todaiji. Este templo es uno de los más famosos de Japón, ya que alberga la estatua de bronce de Buda más grande del país (mide casi 22 metros) y a la vez es el edificio de madera más grande del mundo. El horario de entrada es de 08:00 a 17:00 y cuesta 500 yenes.
Lo siguiente que fuimos a ver fue el santuario KasugaTaisha. Para llegar hasta aquí tuvimos que andar una ruta a pie por dentro de un bosque en el parque Nara. Una ruta muy bonita, con mucha vegetación y decorado con las famosas linternas de piedra. Aquí se celebra el Mantoro (festival de los farolillos), que es en febrero y donde se encienden unos 3000 farolillos de piedra. Entrar en este santuario cuesta 420 yenes y está abierto de 08:00 a 17:00.
La visita a Nara nos tomó toda la mañana y ya nos quedamos allí a comer, para después volver a Osaka en la que fue nuestra última tarde allí antes de cambiar de ciudad.
En Osaka nos topamos con una comisaría de policía donde tenían en la puerta un panel electrónico curioso donde iban actualizando los accidentes de tráfico que ocurren cada día. Había tres contadores, el primero de ellos contabiliza los accidentes ocurridos el día anterior en la ciudad, el segundo los accidentes mortales (ese día por suerte estaba a 0 el contador) y el tercero contabiliza el número de personas que resultaron heridas.