De Podgorica a Tirana, pasando por Shkoder: esto es Albania

Este día comenzó el tramo más difícil de todo el viaje, pero a la vez el más divertido y con más aventuras. Desde que salimos por la mañana muy temprano del hostal de Podgorica (Montenegro) hasta que volvimos a entrar en uno, pasaron muchas horas y largos y complicados trayectos, todos ellos inciertos y sin tener claro si podríamos hacerlos.

De Podgorica a Shkoder

En esta zona de Europa, los países más profundos de los Balcanes, todo lo que prepares en cuanto a transporte, lo más seguro es que no sirva para nada. Los trenes prácticamente son inexistentes en países como Albania (el billete de Inter-Rail no es válido además) y la poca información que hay sobre supuestos autobuses que conectan ciudades tanto en el país como a otras capitales vecinas, seguramente sean erróneas o antiguas.

Bonito trayecto entre Montenegro y Albania, cerca del gran lago Scutari 

Así pues, para empezar el día lo primero que teníamos que hacer era entrar en Albania desde Montenegro, algo que no resulta sencillo, imposible si queremos hacerlo por transporte público. Después de hablarlo de antemano desde España con el responsable del alojamiento de Montenegro, nos organizó un taxi que nos llevara hasta Shkodër, la ciudad albana más cerca de Podgorica. El taxi realmente no tenía licencia para entrarnos en el país. Así nos lo dijo el taxista.

Taxi en el que cruzamos la frontera de Montenegro a Albania 

El trayecto entre Podgorica y Shkodër es de algo más de 60km y al llegar a la frontera pasó una situación curiosa: el taxista se bajó del coche y descolgó el soporte de plástico que llevaba en el techo que ponía “taxi” y lo guardó en el maletero. Al llegar a la frontera, que por cierto parecía ser extremadamente lenta para los camiones, ya que había una cola bastante grande y no avanzaban, la mujer que nos pidió el pasaporte le preguntó al taxista que si era eso, taxista, a lo que éste le respondió que no y que nosotros éramos amigos suyos. La mujer se quedó con cara como diciendo “ya… no eres taxista…pero tampoco puedo hacer nada”.

Una vez entramos en Albania, nuestra impresión era que habíamos entrado en una zona del mundo totalmente distinta a lo que habíamos visto hasta entonces. Es, sin duda alguna, el país más peculiar, diferente, a la vez que sorprendente, de los que visitamos durante nuestro viaje. Las carreteras, los vehículos, la forma en la que viajaba la gente, todo con una mezcla de caos pero a la vez calma.

Vaca paseando por la carretera en Albania 

Albania es un país que ha vivido muchas décadas aislado del exterior. Ha estado en un régimen comunista hasta hace muy poco tiempo y ha sufrido rebeliones y problemas de Estado que casi le llevó a una guerra civil a finales del siglo pasado. Está en un proceso de transición económica, teniendo acercamientos a Europa e intentando cambiar su modelo productivo, pero aún le queda bastante. Existe además una enorme corrupción política y social.

El taxista nos dejó en la plaza central de Shkodër, donde le dijimos que nos parara. Nos preguntó que para qué habíamos ido a Shkodër y cuál era nuestra intención. Cuando le dijimos que necesitábamos ir a Shkodër como enlace hasta llegar a Tirana, la capital del país, el hombre se quedó sorprendido y nos dijo que íbamos a tener muy difícil llegar a Tirana. Él estaba convencido de que no había autobuses que enlazara ambas ciudades. Eso era algo que ya habíamos contemplado, ya que no fuimos capaces de encontrar por Internet ninguna información al respecto.

Plaza principal en Shkoder, donde cogimos el furgón para Tirana 

Visitando Shkoder

Lo único que sabíamos, sin tener realmente certeza, era que existía una especie de microbuses que unían Shkodër con Tirana varias veces al día. Esto en realidad no lo vimos en ningún sitio oficial por Internet, solamente a través de la página Couchsurfing, que es como una especie de red social para poner en contacto a viajeros con gente de los destinos, algunas veces éstos ofrecen vivienda gratis a los turistas o le enseñan la ciudad, etc. En esta web contactamos previamente con alguna persona de Shkodër, ya que era imposible encontrar información por Internet, preguntando la forma para llegar a Tirana y nos respondieron que había unos microbuses que unían ambas ciudades.

Nada más bajarnos del taxi, un hombre se nos acercó ofreciéndonos ir hasta Tirana en lo que era un furgón. No había en esa ciudad estación de autobuses ni nada parecido. Nos pedía 5€ por llevarnos a Tirana, que estaba a unos 100km de Shkodër (2 horas más o menos de viaje). Seguramente el precio que nos pidió era más caro que para un ciudadano de su país, pero tampoco lo vimos mal. No teníamos moneda local todavía (Leke) y no había más opciones para ir hasta la capital. Aceptamos el que nos llevara, pero le dijimos que queríamos ver la ciudad, que acabábamos de llegar. El hombre amablemente nos dijo que nos esperaría allí.

Así pues, nos dispusimos a visitar de forma rápida Shkodër. La verdad es que esta ciudad no tiene nada que ver con cualquiera que visitemos de Europa. Pasa lo mismo con Tirana, la capital. Tiene un toque de diferencia que te traslada a otra zona del planeta. Las tiendas, el transporte, la disposición de las calles, etc. Pero todo esto le otorga un punto interesante.

Mezquita Xhamia e Madhe 

Cerca de la plaza central, que en realidad es una rotonda por donde pasan de manera súper desordenada los coches y motos, está la mezquita Xhamia e Madhe. La mayoría de los albaneses son musulmanes, aunque también hay un buen número de cristianos ortodoxos. Prueba de ello es que muy cerca de esta mezquita hay una catedral ortodoxa y otra franciscana.

Paralela a la mezquita está la calle Pjaca, que es la principal de la ciudad. Aquí están las estatuas de la Madre Teresa y de Luigi Gurakuqi, que fue un escritor y político de principios del siglo XX, muy importante para Albania.

Calle Pjaca, la principal de Shkoder 

En esta calle hay muchos restaurantes y bares, así como numerosas tiendas. La mayoría son bazares.

Después de dedicar una media hora a ver un poco las zonas cercanas, volvimos a la plaza donde estaba el hombre del furgón que nos llevaría a Tirana. La verdad es que dudábamos que siguiera ahí, pero allí estaba esperándonos. Llegamos y había una muchacha ya montada esperando para salir.

Furgón  en el que viajamos de Shkoder a Tirana 

De Shkoder a Tirana

La circulación por Albania es realmente caótica. La gente conduce como les parece, sin sentido alguno y de forma aleatoria. Los coches, en general son antiguos y hay muchas motos y también carros tirados por burros o caballos. La verdad es que parecía un milagro que no hubiera más de un accidente durante nuestro viaje a Tirana. El conductor constantemente pegaba frenazos porque se le metía un coche o una moto o tenía que ponerse a pitar.

Vimos que la gente, en ausencia de otro tipo de transportes como autobuses o trenes, utilizaban estos furgones de dudosa legalidad para moverse. Por el camino se montaron algunas personas y otras hablaban con el conductor y finalmente no acababan montándose. Todos eran locales, los únicos extranjeros éramos nosotros.

La imagen de un hombre en carro tirado por caballo, muy típica en Shkoder 

Las infraestructuras por Albania son realmente deficientes. El camino hasta Tirana era la mayor parte una carretera asfaltada muy estrecha, otro tramo bastante mejor, lo que parecía ser una especie de autovía o carretera más nueva y también algunos tramos entre poblaciones. La conducción, sobre todo al principio y al final, era muy lenta. Muchos atascos y tráfico muy poco fluido.

Poco después de salir de Shkoder ya dirección a Tirana vimos un accidente. Un coche volcado en el asfalto y otro más en el lado opuesto de la carretera. Un choque frontal, seguramente. Algo que parece ser es bastante común allí.

Coche volcado en la carretera a la salida de Shkoder 

Después de unas dos horas de viaje, llegamos a Tirana. El de la furgoneta nos dejó en lo que al principio pensábamos que era una estación de autobuses, pero resulta que no hay estación como tal en Tirana. Necesitábamos encontrar la forma de ir hasta Skopie, la capital de Macedonia, ese mismo día. Según vimos por Internet había autobuses y bastantes, pero resultó que nada de eso era cierto. Tuvimos que buscarnos la vida y encontrar la forma de llegar a Macedonia. Antes de irnos, estuvimos conociendo la ciudad de Tirana, que veremos en el próximo artículo.

Mapa de localización

Javier Jiménez

En 2011 hice mi primer Inter-Rail y desde entonces no he parado de viajar. Siempre llenando la mochila de experiencias y desgastando suela por el mundo. Una de mis pasiones es escribir sobre mis viajes.

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