Singapur de noche: primeras impresiones de este interesante país

Un nuevo país en el sudeste asiático: Singapur. Después de unos días por Tailandia y Camboya, pusimos rumbo a esta pequeña nación que ha experimentado un cambio radical en las últimas décadas. La diferencia es muy grande si venimos de otras zonas cercanas, como fue nuestro caso. Este microestado, además, tiene muchos lugares muy interesantes para los turistas. Estuvimos menos de 24 horas, pero muy bien aprovechadas.

Vistas de Singapur de noche
Singapur de noche, con el skyline de fondo

Gran contraste en Singapur

La visita a Singapur fue un añadido que quisimos hacer al viaje por el sudeste asiático. Queríamos visitar esta ciudad que rompe con lo que son los países de su entorno. Además los vuelos por esta región del mundo son muy económicos. En nuestro caso volamos con Jetstar desde Nom Pen, la capital de Camboya.

Singapur es un país que ha experimentado un cambio radical en los últimos años. Sus políticas no han estado exentas de polémica, eso sí. Ha pasado de ser un territorio muy pobre, con un índice de delincuencia brutal, a ser uno de los países ejemplos a seguir mundialmente. Ahora los robos y la violencia prácticamente son inexistentes, la economía es una de las más avanzadas del mundo y la limpieza es más que evidente.

El aeropuerto de Singapur por dentro
Interior del aeropuerto de Singapur

A cambio introdujeron unas leyes muy, muy estrictas. Impusieron penas de muerte para determinados delitos como la corrupción política. La tenencia de drogas también está penada con la muerte. No se puede introducir ni una cajetilla de tabaco e incluso he llegado a leer que está prohibido mascar chicles salvo que sea por prescripción médica (de esto último no he encontrado información oficial, pero no me extraña).

El cambio de pasar en un mismo día de Camboya a Singapur es brutal. Son polos opuestos. En pocas horas cambiamos el caos camboyano por un país muy bien comunicado por transporte público. Los precios también varían bastante, como es lógico. Singapur es un país mucho más caro que sus vecinos, pero tampoco vi que fuera más que en general en Europa.

Llegada al país

Aterrizamos poco después de las 6 de la tarde, todavía de día. El primer paso fue pasar el control de inmigración. Fue sencillo y rápido, nada del otro mundo. Entregamos la tarjeta que nos dieron durante el vuelo, donde nos amenazaban de que cuidado si llevábamos droga ya que era pena de muerte.

Tarjeta de inmigración para entrar en Singapur
Tarjeta de inmigración que hay que rellenar y entregar al llegar al país

Una vez ya de forma oficial en Singapur, el siguiente paso era comprar una tarjeta Sim para tener Internet. Tras buscar un poco por el aeropuerto, dimos con la empresa StarHub, que nos interesaba bastante. Es muy recomendable si vamos a estar en varios países de la zona, ya que servía también para Tailandia o Malasia, donde íbamos a estar los siguientes días. No es barato si lo comparamos con tarjetas de otros países próximos, pero está bien. Nos salió por unos 10€ y tenía una duración de 5 días.

Eso sí, me sorprendió que de primeras no aceptaran tarjeta. Sólo cobraban en metálico en la tienda de telefonía y luego el metro hasta la ciudad no aceptaba tarjetas, pese a que tenían una máquina (parece ser que estaba desconectado el servicio). Hubo que sacar dinero en el cajero aprovechando la tarjeta de Ferratum Bank, que una vez más fue de maravilla. (ACTUALIZACIÓN 2020: ya no existe Ferratum, pero seguimos recomendando la tarjeta Rebellion o Revolut.)

El metro de Singapur

Para ir hasta el metro tuvimos que cambiar de terminal. Es sencillo, ya que únicamente hay que seguir las indicaciones y nos llevan a un tren interior que va de terminal en terminal de forma gratuita.

El metro de Singapur no es para nada lioso. Lo recomendable es saber el nombre de la parada donde hay que bajarse o hacer trasbordo. Un mapa en el móvil en estos casos viene muy bien. Pero es sencillo y eficiente. Todo está en inglés.

Existen tarjetas de un día o de varios, pero en nuestro caso no nos salía a cuentas. No íbamos a coger mucho el metro. Aun así un sencillo no es caro. Cuesta unos 2 dólares de Singapur, que al cambio es 1,25€ más o menos. Va en función de la distancia, pero cuesta entre 1,5 y 2,5 dólares.

Íbamos con un poco de prisa porque queríamos llegar a un espectáculo de luces que hay cerca del famoso hotel de Marina Bay. Según la información que teníamos era a las 21:00h y la cosa estaba muy justa. Por eso cuando llegamos a City Hall, la parada de metro donde podíamos hacer dos trasbordos o ir caminando hacia el hostal, optamos por salir fuera y pedir un Uber. Funciona muy bien en este país y no es caro.

Nos hospedábamos en Little India, una zona muy bonita de Singapur. El alojamiento aquí es más caro que en Tailandia o Camboya. Nos salió por unos 15€ por cabeza, que no estaba mal para los precios que hay. Un hostal bastante internacional pero sin más, nada del otro mundo. Desayuno bastante simple. Pero bueno, era sólo una noche y estaba muy bien situado y era barato comparado con el resto.

Singapur de noche

Una vez preparamos las cosas en el hostal, la idea seguía siendo llegar a tiempo del espectáculo de luces, pero cada vez era más complicado. Volvimos a pedir un Uber y tardó bastante en llegar, pese a que estaba cerca. El tráfico era enorme, como el propio conductor nos dijo. Por lo que nos dimos cuenta poco después, era una fiesta muy importante para los indios y estaban todos en la calle esos días.

Llegamos sobre las 21:30h a Marina Bay y el espectáculo de luces ya había acabado. Si es cierto que empezaba a las 21:00h como decían por Internet, ya acabó ese día. Aun así es una zona muy bonita de Singapur de noche. Hay unas vistas perfectas de todo el skyline de la ciudad, con el hotel a un lado.

Hotel Marina Bay Sands de noche
Hotel Marina Bay Sands, al fondo

Esta zona es de lo más visitado de Singapur. Aquí hay un enorme centro comercial, que lógicamente no tiene tiendas baratas, el famoso hotel, un casino y también está el circuito de Fórmula 1. Lo recomendable es verlo tanto de noche como de día. Al día siguiente volvimos aquí para verlo con luz.

Centro comercial de Marina Bay
Centro comercial de Marina Bay

Ya lo que tocaba era cenar. Para ello volvimos en Uber a la zona centro. Concretamente fuimos a Clarke Quay, que es donde se concentran muchos bares, discotecas, restaurantes… La verdad que todo bastante selecto. Sitios bastante caros. No vimos demasiada oferta para comer, eso sí. Acabamos en un japonés al lado del río que tenía buena pinta y que además aceptaba pagar con tarjeta. Para un día no habíamos sacado mucho del cajero y la idea era pagar todo lo que fuera posible con tarjeta.

Clarke Quay, una zona de mucho movimiento

La cena salió por unos 9€, que no está mal para ser un japonés y el sitio donde estaba. Después de dar una vuelta por aquí cogimos un Uber y fuimos nuevamente al hostal. Al día siguiente tocaba ver la ciudad de día y visitar algunos lugares interesantes antes de marchar para el aeropuerto.

Yakisoba en un restaurante japonés en Clarke Quay

Una visita corta a Singapur, pero que dio tiempo para ver las dos caras de la ciudad: de noche y de día.

Mapa de localización

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