Jerash, una de las ciudades romanas más importantes de Oriente
En nuestro primer día en Jordania, tras haber llegado a la capital apenas unas horas antes y de madrugada, fuimos a visitar la ciudad romana de Jerash, el mejor ejemplo de ciudad romana en Oriente Medio. Es un destino imprescindible para ver en este país y merece mucho la pena para hacer una excursión de unas horas, como fue nuestro caso. Se tarda poco más de media hora en llegar en coche desde Amán.

Hasta aquí se puede llegar en minibuses, ya que hay bastante frecuencia desde Amán pese a salir cuando se llenan, aunque hay que ir primero a la estación Tabarbour, que está alejada del centro. En nuestro caso, como hicimos en todos los días que estuvimos en Jordania, optamos por contratar un taxi privado que nos gestionó el hostal. Nos costó 35 dinares (unos 15€ por cabeza al ir tres personas).
Ciudad romana de Jerash
Jerash, antiguamente conocida como Gerasa, fue una de las Decápolis romanas de Oriente Medio y de las mejores conservadas hoy en día. Venir hasta aquí es caminar sobre suelo romano sin sufrir alteraciones, observar algunas edificaciones con un estado de conservación envidiable y sumergirse en la historia de esta civilización que dominó medio mundo conocido.
En la actualidad todo lo que podemos ver es impresionante, pero se dice que únicamente una pequeña parte está desenterrada y que todavía hay muchísimo guardado bajo tierra y que algún día podremos disfrutar.
Pese a que no fuimos para nada temprano (llegamos sobre las 12:00h), apenas había turistas. Sí que llegaron un gran número de grupos asiáticos durante nuestra visita, casi cuando ya nos íbamos. Por lo demás, pudimos conseguir fotografías únicas sin ningún (o casi ningún) viajero más.
Entrada al recinto
Lo primero que ves al entrar al complejo arqueológico de Jerash es una zona de tiendas de productos de recuerdo. Una vez sales nuevamente al aire libre, te topas con el arco de Adriano, la puerta de entrada a la ciudad.

Justo a la izquierda nada más entrar, se encuentra el antiguo hipódromo romano, en el que, según creo al ver algunos caballos por allí y las condiciones en las que se encuentra, en la actualidad siguen haciendo carreras de exhibición.

Durante todo este corredor de unos 500 metros podemos ver algunos restos de edificaciones romanas. Una vez llegamos a otra puerta más de entrada, la sur, es aquí donde se encuentran las taquillas para pagar la entrada. Cuesta 10 dinares (algo más de 13 euros), aunque en nuestro caso disponíamos de la Jordan Pass, algo que recomiendo mucho, y no teníamos que pagar.
Una vez dentro del verdadero complejo, la inmensidad de las edificaciones y lo perfectamente conservadas asombran a cualquiera. Es inevitable tomar numerosas fotografías y no saber por dónde empezar, porque todo es precioso. El recorrido por aquí es libre y no hay prácticamente ninguna limitación de acceso.

Templo de Zeus y teatro romano
El templo de Zeus es lo primero que podemos ver a la izquierda. Junto al templo se encuentra el teatro romano Sur (hay dos y son parecidos). El teatro es sencillamente impresionante lo bien conservado que está. A diferencia de otros teatros romanos como el de Mérida, éste no está construido de abajo a arriba, sino que es tallado directamente en la piedra.

Como curiosidad, algo que pudimos comprobar, es que si te pones en uno de los lados de la parte escénica (donde actúan) y hablas con voz baja junto a la piedra, llega el eco al otro extremo y quien se encuentre allí lo puede escuchar. Es debido a la perfecta alineación de la construcción y cómo tenían controlado a la perfección el tema del sonido.

En este teatro suele haber actuaciones musicales de dos o tres hombres tocando música tradicional jordana. Así lo pudimos ver en diferentes vídeos y reseñas de Internet, pero en nuestro caso se encontraban rezando en ese momento en una zona interior del teatro.
Foro romano
Siguiendo con nuestra ruta, llegamos a una de las zonas más impresionantes: el foro romano. Un enorme espacio repleto de columnas. En un primer momento se encuentra la plaza ovalada que da reflejo de la magnitud que tuvo la ciudad, para posteriormente entrar en un largo corredor lleno de columnas que llega hasta la puerta norte.

Por el camino nos topamos con numerosos templos y edificios importantes, a cada cual más bonito. Aquí lo mejor es no llevar un rumbo fijo e ir descubriendo lo que nos encontramos. Subir a algunas zonas con impresionantes vistas, recorrer elementos arquitectónicos muy variados e imaginarse cómo fue esto hace casi dos milenios. Algunos de estos edificios más destacados son la catedral de Teodosio y el templo de Artemis.

La siguiente gran estructura que podemos ver es el teatro romano Norte, el segundo de la ciudad. Es parecido al primero. No sé si porque ya era el segundo que veía o cuál es la razón, pero me pareció más impresionante el anterior.

Casi llegando al final de la ciudad, cerca de la puerta norte, se encuentra un tetrápilo, que es un tipo antiguo de monumento helenístico y de planta cuadrada de los que se conservan muy pocos en el mundo. Precisamente en Extremadura, el conocido como Arco de Cáparra, tenemos uno. Este, el de Jerash, fue construido durante el periodo bizantino. Hay otro también en este complejo romano, junto al teatro Sur, pero solamente se conservan las bases.

Lugar obligatorio
Sin duda que Jerash fue uno de los mejores lugares que visitamos en Jordania. Es realmente impresionante y es un lugar que hasta que no se ve en persona no se comprueba su magnitud. Echamos hora y media aproximadamente, ya que habíamos quedado con el taxista en que tardaríamos ese tiempo. Con ese tiempo se ve sin problemas, aunque mi recomendación para quienes vayan es que dediquen dos horas. Si vais en taxi, acordad con el taxista dos horas, ya que hora y media es algo justo si se quiere disfrutar del lugar, echar muchas fotos, etc.
Una buena entrada en Jordania para empezar nuestra ruta. De aquí volvimos nuevamente a Amán, donde pasamos el resto del día conociendo la ciudad. Eso lo vemos en el siguiente artículo.
Mapa de localización