La cantera de sillar Añashuayco, la Petra peruana en Arequipa

Después de haber visitado el día anterior los principales lugares de Arequipa, este día pusimos rumbo a Puno. Pero antes de eso teníamos toda la mañana libre y aprovechamos para ir a visitar la Petra peruana, la cantera de sillar Añashuayco. Se trata de una serie de esculturas hechas en este material de origen volcánico, de color blanco. Es un lugar todavía muy poco turístico pero que sin duda con el paso del tiempo va a atraer bastantes más visitantes.

Cantera de sillar Añashuayco
Cantera de sillar Añashuayco, en Arequipa

Cantera de sillar Añashuayco

La cantera de sillar Añashuayco, o la Petra peruana, está a las afueras de Arequipa. La única forma de llegar allí es en coche. No existe, al menos por ahora, transporte público. En nuestro caso optamos por el taxi. Además, teníamos el tiempo justo, ya que teníamos que coger un autobús de Arequipa a Puno.

Echamos cuentas y creímos que un precio justo de llevarnos del hostal a la cantera, esperar allí un rato, llevarnos de vuelta al hostal a por el equipaje y de ahí a la estación de autobuses podía ser 50 soles (12 euros). Paramos un taxi cerca de donde nos hospedamos, le propusimos lo que queríamos hacer y aceptó ese precio.

Del centro de Arequipa a la cantera de sillar Añashuayco se tarda una media hora en taxi. El taxista conocía el lugar, pero no sabía exactamente cómo se entraba. Es muy poco turístico de momento. Con el GPS logramos llegar. Una vez allí llegó una mujer y nos dijo que había que pagar 5 soles de entrada (poco más de 1 euro).

Este lugar es una cantera de sillar, un material muy importante para esta zona peruana. Se utiliza para la construcción y de aquí viene el nombre de Ciudad Blanca que le dan a Arequipa. Es un material de este color.

Esculturas en la cantera de sillar Añashuayco
Esculturas en la cantera de sillar Añashuayco

La razón por la que algunos le llaman la Petra peruana es porque tiene una estructura tallada en la roca que se asemeja al Tesoro de Petra en Jordania. Hay que salvar las distancias, lógicamente.

Este sitio no diría que es imprescindible, pero sí recomendable si se dispone de tiempo. Durante nuestra visita había un trabajador realizando sus tareas y nos explicó un poco lo que están haciendo. La idea que tienen es hacer muchas más esculturas de las que hay hasta ahora. Cree que en unos 10 años, si logran el apoyo económico necesario, todo eso que vimos puede ser muy bonito. De momento llevan 3 años de trabajos.

Aquí trabajan los conocidos como maestros del sillar. Son quienes extraen el material de la roca para posteriormente poder construir. Todo este complejo es muy grande y hay varias zonas. Una de ellas es donde se están iniciando las esculturas sobre la pared.

Cantera de sillar de Arequipa
Vista general de la cantera de sillar de Arequipa

En este lugar estuvimos más o menos media hora. Echamos algunas fotos, uno de los maestros canteros nos enseñó algunas obras en miniatura que él mismo había hecho y poco más. Volvimos al taxi y pusimos rumbo a Arequipa de nuevo para coger nuestro equipaje e ir a la estación de autobuses.

De Arequipa a Puno con Cruz del Sur

Al final nos sobró bastante tiempo. Nuestro bus salía a las 14:00h rumbo a Puno y llegamos a la estación antes de las 12. Hicimos check in en Cruz del Sur, ya que hay que dejar el equipaje antes como si fuera un aeropuerto. Aprovechamos para comer algo y hacer tiempo. Fuimos a comer en un pequeño bar que había en la misma estación. Un lugar muy local.

El viaje en bus de Arequipa a Puno fue bastante largo. Estuvimos 7 horas montados, pero atravesando paisajes realmente bonitos. Es un trayecto ideal para hacer de día y disfrutar de las vistas.

Arequipa está a unos 2.400 metros, pero rápidamente al salir de la ciudad comenzamos a ganar altura. Durante el viaje estuvimos por encima de los 4.500 metros bastante rato. Puno está a unos 3.900. Y sí, se nota el mal de altura. Al menos en mi caso personal, conforme avanzábamos en ese trayecto, notaba por momentos cómo dolía ligeramente la cabeza. No era excesivo, pero sí que notaba un ligero malestar como cuando estás en un inicio de proceso gripal y te duele un poco la cabeza.

Trayecto entre Arequipa y Puno
Momento del viaje de Arequipa a Puno, a más de 4.200 metros de altitud

Llegada a Puno

Cuando llegamos a Puno era ya de noche completamente. El último rato se hizo algo más pesado, ya que primero pasamos por Juliaca, un municipio al norte y donde perdimos tiempo al entrar y salir. Pero ya estábamos allí, a la orilla del lago Titicaca, el navegable más alto del mundo.

Precisamente el lago Titicaca lo queríamos visitar al día siguiente. Para ello teníamos que reservar alguna excursión o jugárnosla el día siguiente. Al llegar a la estación, como es habitual, comenzaron a acercarse taxistas y gente a ofrecernos excursiones. Llegó un hombre de una agencia de viajes y desde el principio nos convenció. Nos ofreció tanto la excursión a la isla de los Uros, en el lago Titicaca, como la completa hasta la isla de Taquile, de todo el día.

Optamos por la excursión más corta para visitar la isla de los Uros. A fin de cuentas esto es lo típico, lo bonito para visitar ya que se trata de unas islas flotantes hechas de totora, una planta. Nos costó 50 soles, 3 personas. Por cabeza poco más de 4 euros. Bastante económico y nos entraba traslado desde nuestro hostal. Aceptamos y quedamos con el hombre para el día siguiente.

Este mismo hombre nos llevó a un taxista para que nos trasladara al hostal. Nuestro alojamiento no quedaba excesivamente lejos, pero era tarde y, especialmente, por el tema del mal de altura. Acabábamos de llegar a una ciudad a 3.900 metros después de un viaje en bus de 7 horas, con todo el equipaje a cuestas, y no es muy recomendable tener que andar y cansarse. Se nota cuando tienes que hacer pequeños esfuerzos a esta altitud.

El alojamiento en Puno fue uno de los mejores de todo el viaje. Estaba perfectamente situado en una de las zonas más céntricas y con todo a mano. Se llama Home Center Puno. Más que un hostal era como un pequeño hotel. Lo recomiendo. Además nos salió bastante económico.

Hojas de coca para el mal de altura
Hojas de coca para el mal de altura, en el hotel de Puno

Después de dejar las cosas en la habitación, salimos fuera para cenar algo. La idea era descansar bien esa noche, ya que uno de los consejos básicos cuando llegas a un sitio tan alto como Puno, es descansar bien la primera noche.

Así pues, tras cenar en un restaurante que había cerca de donde nos hospedábamos, nos fuimos a dormir. Al día siguiente tocaba hacer la excursión a las islas flotantes de los Uros. Puno, al menos las primeras impresiones, nos estaba gustando bastante.

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