Petra, la joya de Jordania y una maravilla para la humanidad

En nuestro tercer día por Jordania visitamos la estrella del país: Petra. Es con total seguridad el lugar más conocido y por el que mucha gente viaja hasta aquí. Fue declarada una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo y desde entonces ha vivido una mayor escalada de turistas atraídos por su belleza. Es un lugar único y que merece mucho la pena conocer.

El Tesoro de Petra, el lugar estrella de esta maravilla del mundo

Visita a Petra

El día anterior lo visitamos en lo que se conoce como Petra de Noche. En esta ocasión tocaba verlo mucho más a fondo, de día, y recorriendo gran parte de su espacio. Verlo en un día es complicado, a no ser que quieras hacer una locura, como es nuestro caso. Para verlo bien lo ideal son dos e incluso tres días. Nosotros anduvimos más de 23 kilómetros y aun así fue solo una parte la que visitamos.

Nos levantamos a las 5 de la mañana ya que la idea era entrar a las 6, cuando abren. El motivo no es otro que evitar la gran aglomeración de gente que hay en las horas centrales y poder disfrutar del Siq y el Tesoro vacíos. Mereció la pena el esfuerzo.

Fuimos los primeros en entrar y caminar por todo el Siq hasta llegar al Tesoro, que es la portada principal de Petra y el lugar hasta donde llegan algunos turistas y no ven más allá. Un error, ya que la ciudad es enorme y hay otras zonas muy bonitas para ver. Por el camino nos encontramos con muchos caballos y gente ofreciendo montar en ellos. En el artículo de recomendaciones para visitar este lugar hablo más a fondo de esto.

Historia de Petra

Antes de nada quiero hablar un poco de la historia de Petra, un pequeño resumen. La Ciudad Perdida, como se le conoce, fue redescubierta por un suizo en 1812, ya que llevaba siglos sin que el mundo occidental supiera de su existencia. Fue fundada hace unos 2.600 años y tuvo una enorme importancia como ciudad de paso de las caravanas que unían Asia y el Mediterráneo.

El Tesoro a primera hora, todavía sin gente

Su lugar es de difícil acceso, ya que se encuentra entre montañas, con desfiladeros muy altos y oculta completamente. Con el pueblo nabateo, sobre el siglo IV antes de Cristo, vivió su época más dorada. Posteriormente pasaron los romanos, de los que podemos ver hoy en día el teatro y algunos restos, y los bizantinos.

En la Edad Media la ciudad perdió importancia para el mundo islámico y prácticamente quedó olvidada durante siglos y guardando todos sus secretos arquitectónicos.

En Petra vivía gente, se calcula que unas 20.000 personas, hasta 1985, fecha en la que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y toda la población fue trasladada a nuevas viviendas construidas cerca de Wadi Musa. Sin embargo son esos habitantes los que diariamente siguen trabajando en Petra.

Todas estas personas vivían en cuevas, en casas talladas sobre la roca. Pero claro, como podemos imaginar es complicado que todas abandonen de un día para otro sus casas. Todavía hay algunas familias, aunque es cierto que son pocas, las que habitan este lugar. Tuvimos la oportunidad de hablar con un joven que sabía inglés perfectamente y nos contaba que toda su vida había estado rodeado de turistas y que le gustaba. Vivía allí, en una cueva, y se ganaba la vida con viajeros que quieran montarse en su burro y dar un paseo por la ciudad. Otros se ganan la vida vendiendo artesanías.

El Siq y Tesoro

Empezando con nuestra ruta, lo primero que vemos es el Siq, el famoso sendero que forma el desfiladero y cuyo final desemboca en el Tesoro. Es uno de los lugares más bonitos de Petra y merece la pena ir sin prisas y disfrutar del camino. La distancia es de unos 2 kilómetros.

El Siq, el desfiladero de la entrada a Petra

Cuando llegas al Tesoro es donde realmente ves la magnitud de todo este lugar. Es lo más destacado y bonito y donde siempre va a estar lleno de turistas, a no ser que llegues a las 6 de la mañana, como fue nuestro caso. Mide unos 40 metros de alto y unos 28 de ancho y aunque no se sabe con exactitud cuándo fue construido, se cree que en el siglo I antes de Cristo.

La leyenda dice que en su interior hay un tesoro guardado por un antiguo rey (de ahí su nombre). Lo cierto es que mucha gente ha intentado encontrarlo y han disparado a la fachada, al lugar donde supuestamente fue guardado, esperando que caigan monedas. Si es cierto o no, nadie lo sabe. Lo que sí es seguro es que de haberlo encontrado alguien durante toda la historia del lugar, se lo ha callado.

Dejando a un lado el Tesoro de Petra, seguimos descubriendo la ciudad, que todavía estaba desértica a esa hora y estaban empezando a llegar algunos trabajadores de puestos de artesanía y poco más. Por el camino empezamos a ver diferentes tumbas y antiguas viviendas cavadas en la roca.

Pronto nos topamos con el teatro romano, uno de los lugares más importantes y mejor conservados. No esperemos un gran teatro como el que hay en Amán o Jerash, pero es una muestra muy significativa del paso de diferentes civilizaciones por este lugar.

El teatro romano de Petra

La visita que queríamos hacer era ir hasta un mirador desde donde se tienen las mejores vistas del Tesoro. Llegar aquí no es complicado, aunque hay que saber. Hay gente que te ofrecen llevar a cambio de unos 10 dinares jordanos, incluso en burro, pero no merece la pena ya que se puede encontrar el lugar.

Las mejores vistas

Para llegar al mirador con las mejores vistas del Tesoro de Petra hay que ir primero hasta las tumbas reales, que quedan a la derecha si seguimos por el sendero que cogemos desde la entrada (el teatro queda a la izquierda). Por aquí no hay pérdida, ya que está todo bien señalizado con indicaciones del nombre de los lugares.

El mejor mirador de Petra

Al pasar las tumbas reales, a la derecha, podemos ver una escalera por la que iniciamos la subida hasta llegar al mirador. Por el camino podemos ver algunas indicaciones, pero sobre todo con tener un poco de sentido de orientación, es fácil llegar. Se hace algo duro algunos tramos, por lo que es importante llevar agua. El camino es impresionante y podemos tener vistas previas del teatro y otras zonas.

Tumbas de los Reyes

El mirador desde donde se obtienen las mejores vistas del Tesoro de Petra es, literalmente, la vivienda de un beduino. El hombre vive aquí y para llegar hasta el mirador tienes que atravesar su casa, que es una especie de tienda. Además, como forma de ganarse la vida, ofrece bebidas. Desde aquí arriba se tienen unas vistas impresionantes. Merece la pena el tiempo dedicado (una media hora por trayecto).

Casa beduina, la entrada al mirador

De vuelta al camino principal para seguir la ruta, ya pudimos comprobar que los turistas iban llegando poco a poco. Seguimos caminando hasta la iglesia bizantina, que se encuentra a la derecha del camino principal y justo enfrente del Gran Templo. Sin embargo esto último lo dejamos para después, ya que aunque estaba enfrente, había que dar un rodeo para llegar hasta allí.

Iglesia bizantina, una prueba más de las diferentes culturas que pasaron

Subida al Monasterio

De la iglesia bizantina continuamos dirección al Monasterio, que es la otra foto típica de Petra y otro lugar muy importante para los turistas. Mucha gente viene hasta aquí para ver el Tesoro y el Monasterio, pero para llegar a esto último hay que hacer una subida considerable, aunque no excesiva. Se tarda media hora (nosotros un poco más porque nos desviamos un momento).

Parte del tramo de subida al Monasterio

Por el camino, que casi todo son escaleras perfectamente hechas, nos desviamos un momento para ver la Portada de los Leones, un lugar bonito para ver aunque mucha gente lo pasa de largo al estar algo escondido. Es una edificación como otras muchas que hay, pero con dos leones tallados a la entrada.

La Portada de los Leones

Esta es la zona donde más vendedores hay de todo Petra. Te ofrecen muchos productos de recuerdo y algunos también venden bebida fresca, algo que puede ser interesante en las épocas de calor, ya que la subida es algo dura.

Por fin llegamos al Monasterio. Es más alto y ancho que el Tesoro. Casi todos los viajes organizados que llegan hasta Petra se quedan sin visitar este lugar. Una auténtica pena, ya que no tiene nada que envidiar a la estrella principal. Se llama Monasterio porque en la época bizantina lo utilizaron como capilla cristiana.

El Monasterio de Petra

Miradores

Resulta especialmente impresionante el verlo desde la distancia, rodeado por todos lados de enormes montañas. No hay que perdérselo.

Aquí, además, al encontrarse en un lugar muy alto, hay varios miradores con unas magníficas vistas. Aunque se llegue un poco cansado después de tanta subida, merece la pena un último esfuerzo y ver estos miradores. Está todo bien señalizado ya que tienen banderas de Jordania y hay carteles que ponen cosas como “The best view of Jordan”.

El Monasterio desde las alturas

De nuevo abajo, algo que se hace mucho más fácil, fuimos a ver el Gran Templo, que es lo que nos quedamos atrás un rato antes. Este es el lugar arqueológico más llamativo, ya que es enorme y tiene muchas partes. Cuenta con dos témenos, los espacios dedicados a los dioses y a los sacrificios de animales, así como unas 100 columnas de las que algunas se conservan bastante bien.

El Gran Templo

Este lugar fue construido a pruebas de terremotos, algo bastante avanzado para la época. En este lugar son frecuentes los seísmos.

Rutas alternativas

Dejando a un lado toda la parte principal anterior y después de haber visitado los lugares más señalados, pusimos rumbo a recorrer otras zonas mucho menos turísticas y donde apenas nos encontramos con visitantes. Comenzando por las traseras del Gran Templo, vimos muchas edificaciones en la roca de lo que fue la ciudad habitada de Petra.

Por el camino te topas con algunas portadas que recuerdan a la del Tesoro pero mucho más pequeñas o peor conservadas. No sabíamos muy bien a dónde llevaba el camino, aunque preguntando a dos personas que venían en el sentido opuesto nos explicaron que llegaba hasta la zona del Tesoro. Hubo un momento en que creíamos que ese camino se iba a terminar en algún momento, después de muchos kilómetros andando.

Finalmente llegamos otra vez abajo, aunque fue un recorrido muy duro con muchísimas subidas, pero que mereció la pena. Zonas aisladas, con lugares escondidos muy bonitos y unas vistas impresionantes desde arriba.

Aquí, de nuevo en el Tesoro de Petra, hicimos unas últimas fotos ya con muchos turistas por todos lados, y volvimos de nuevo por el Siq a la zona de Wadi Musa. En total fueron algo más de 23 kilómetros caminados ese día. Hacía calor, aunque era marzo. No quiero imaginar eso en verano.

Teníamos la sensación de que llevábamos todo el día, pero eran poco más de las 14:00h cuando salimos de Petra. Es lo que tiene empezar a visitar un lugar a las 6 de la mañana.

Todavía nos quedaban algunas horas por Wadi Musa hasta que por la tarde habíamos quedado con el taxista que nos llevaba de vuelta a Amán. Fuimos a comer a un restaurante de cocina beduina, cerca de la entrada a Petra. Esta zona, como podemos imaginar, es cara para lo que es Jordania. Pollo beduino con patatas, zanahoria, tomate y arroz 11 dinares (unos 14 euros). Botella de agua aparte, 1 dinar.

Pollo beduino en Wadi Musa

Mapa de localización

Javier Jiménez

En 2011 hice mi primer Inter-Rail y desde entonces no he parado de viajar. Siempre llenando la mochila de experiencias y desgastando suela por el mundo. Una de mis pasiones es escribir sobre mis viajes.

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