Templo Wat Phrat Doi Suthep, el emblema de Chiang Mai

Después de pasar toda la mañana visitando los principales templos de Chiang Mai, por la tarde tocaba subir a uno de los lugares más importantes de la ciudad: Wat Phrat Doi Suthep. Es sin duda una visita obligada para los turistas que lleguen a esta zona de Tailandia. Para llegar hasta aquí hay que subir a la montaña Doi Suthep. Es un lugar sagrado para los budistas tailandeses.

Templo wat Phrat Doi Suthep

Cómo llegar a Wat Phrat Doi Suthep

Hay varias opciones. Lo más recomendable y lo que suelen hacer los turistas es subir en una de las típicas camionetas rojas. Su precio es de 50 bahts (precio fijo). Las hay por toda la ciudad. En nuestro caso la cogimos en una parada de camionetas que hay cerca de la carretera donde se inicia la subida hacia la montaña. Estábamos en el templo Wat Umong, que queda relativamente cerca.

Famosas camionetas rojas de Chiang Mai

Otra opción es la de subir en bicicleta o a pie. Si optamos por alguna de estas dos opciones, hay que tener en cuenta que es necesario contar con un estado físico bueno. La subida es muy pronunciada y la distancia es larga. Hay rutas senderistas. No es muy recomendable hacerlo en bicicleta por la carretera. La ciudad está a unos 300 metros sobre el nivel del mar y el templo a 1070 metros.

También hay quien opta por alquilar una moto. Es barato y nos ofrece libertad de movimiento.En mi opinión, lo mejor es subir en una de estas camionetas rojas. Además a la vuelta podemos indicarle dónde nos deja. Eso sí, dependiendo del sitio, a la vuelta puede costar un poco más (10, 20, 30 bahts más). En nuestro caso estábamos en la otra parte de la ciudad, por lo que tuvimos que atravesarla entera, y nos salió por 80 bahts (2 euros).

El Wat Phrat Doi Suthep es algo así como Santiago de Compostela para los budistas tailandeses. Es un lugar muy sagrado e importante. Por ello también es muy visitado por turistas llegados de todas partes.

Leyenda del elefante blanco

La leyenda cuenta que un monje tuvo un sueño. En este sueño le dijeron que fuera a Pang Cha y buscara una reliquia de Buda. Aquí encontró un hueso, que pertenecía al hombro de Buda. Se la mostró al rey de la época, ya que supuestamente tenía poderes especiales, brillaba y era extraña. La reliquia se dividió en dos: una de las piezas mantuvo el mismo tamaño y la otra fue más pequeña que la original.

Una de esas piezas fue colocada por el rey en la espalda de un elefante blanco. El animal, libre en la selva, subió al monte Doi Suthep y murió. En ese lugar construyeron el templo que podemos visitar hoy en día. Además, según cuenta la leyenda, esa reliquia está dentro del enorme chedi dorada, símbolo del templo.

Estatua del elefante blanco, un icono de Chiang Mai

Doi Suthep

Una vez estamos en el complejo, tenemos dos opciones para subir y entrar: 309 escalones a pie o coger un funicular. Precisamente la escalera es uno de los lugares más bonitos de todo el complejo. Destacan los dragones coloridos.

Escaleras de subida al templo

Por cierto, en este lugar hay un tema que quiero mencionar. Más bien es una opinión personal de moral. Lo vi en varios vídeos antes de llegar y lo pude comprobar allí en persona. En la escalera hay niños vestidos de trajes supuestamente típicos tailandeses, niños muy pequeños, y su misión es hacerse fotos con turistas a cambio de unas monedas. Están aquí todo el día. Incluso vimos dos niñas que no pasarían de los 6 años, cogiendo en brazos a un bebé de 1 año o por ahí. A la vuelta de las escaleras, en la sombra y sentados en sillas, estaban supuestamente sus padres o familiares esperando la recaudación del día. Llueva, haga 40 grados, están aquí solos todo el día.

Desde aquí, y dando mi humilde opinión, pido a los turistas que no sean partícipes de esto. Que hagamos siempre turismo responsable y no apoyemos con nuestro dinero que tengan a niños explotados mientras los padres están sentados, día tras día. Los niños deben de estar en la escuela. Sólo así, cortando el grifo de la financiación, podemos ayudar a erradicarlo.

Precio y horario de Doi Suthep

Volviendo al tema de la visita, una vez llegamos arriba de las escaleras está la taquilla. Me sorprendió que realmente no había una entrada regulada. Cualquier persona que quisiera se cuela y no hay problemas. Por lo menos durante nuestra visita. Para comprar la entrada hay que ir a unas taquillas que hay a la derecha. Nos costó 30 bahts, bastante económico. Abre de 06:30 a 18:30h.

Es un lugar muy visitado, por lo que nos vamos a encontrar con muchos turistas. Hay que tener paciencia, sobre todo si vamos en temporada alta. No obstante, lo recomendable es ir a primera hora o a la última, como fue nuestro caso. Decidimos ir por la tarde para así verlo de noche, que es muy bonito.

Wat Phrat Doi Suthep consta de varios edificios. Podemos ver pequeños templos, figuras, el famoso elefante blanco a la entrada y varias zonas muy bonitas. Sin duda lo más destacado es el interior, donde está el chedi dorado.

Monjes budistas orando

Justo aquí, donde está el chedi dorado, es donde más aglomeración de turistas hay. Es lógico, es la estrella del lugar. Hay varios pequeños budas de diferente tamaño, color y material. Además hay salas donde pudimos ver a monjes budistas cantar sus oraciones. Es un lugar realmente bonito para descubrir. Merece la pena echar un buen rato.

Como he mencionado, la entrada directamente ni nos la cogieron. Por ello, y para que pasara el tiempo hasta que anocheciera, bajamos las escaleras para ver un poco las tiendas que había abajo. Hay mucha artesanía local, productos típicos, artículos de recuerdo y también algo de comida.

Doi Suthep de noche

Volvimos a subir, ya cada vez más oscuro, a esperar a que se hiciera de noche por completo. Poco a poco se iba vaciando de gente. Incluso algunas zonas prácticamente no quedaba nadie. Una pena, puesto que en mi opinión merece mucho la pena ver el templo de Doi Suthep de noche.

Vistas de la ciudad de Chiang Mai
Doi Suthep de noche

Desde arriba hay una zona de mirador con vistas a Chiang Mai. A lo lejos se podía ver el monzón regando el horizonte. Tuvimos suerte y no llegó a nosotros.De noche la zona del chedi dorado quedó bastante vacía. Solamente algunos turistas estaban, como nosotros, buscando echar la foto perfecta. Eso sí, pudimos ver bastantes monjes que salían o llegaban para rezar.

Salimos ya del templo y no nos costó bajar de nuevo a la ciudad. Había muchas camionetas y salen conforme se van llenando. No hay que esperar. Le dijimos al conductor dónde queríamos ir y allí nos llevó.Tengo que decir que el trayecto de subida y bajada es curioso. Es una carretera con muchísimas curvas y más aún dentro de una camioneta como esas, quizás lo pase mal quien se maree fácilmente. Mejor no subir recién comido.

Última noche en Chiang Mai

Cena en un restaurante de Chiang Mai

Para cenar ese día fuimos a un restaurante que estaba cerca de donde nos alojábamos. Estaba claramente orientado al turismo. La verdad es que fue una mala elección. La comida no tenía nada que ver a la de prácticamente todas las que probamos en Tailandia. En mi caso pedí un pad thai y ni por asomo era como el que comí en Bangkok y otros lugares. Pero bueno, no siempre se puede acertar con la comida.

Después de comer volvimos a la zona del mercado nocturno de la noche anterior. Por aquí cerca hay muchos bares. En una zona de interior llena de bares, tenían montado un escenario para muay thai, el boxeo tailandés. Parece que la gente no le prestaba mucha atención.

Sin mucho más, pusimos punto y final al día (último) por Chiang Mai. Al día siguiente poníamos rumbo a Chiang Rai, una ciudad muy interesante al norte de Tailandia y a sólo unas horas en bus.

Siguiente artículo: Día 6- Bus de Chiang Mai a Chiang Rai

Javier Jiménez

En 2011 hice mi primer Inter-Rail y desde entonces no he parado de viajar. Siempre llenando la mochila de experiencias y desgastando suela por el mundo. Una de mis pasiones es escribir sobre mis viajes.

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