Ruta por el norte de Georgia: fortaleza de Ananuri y monasterio de Gergeti

Este día amanecimos en Gori, donde pasamos la noche en una vivienda particular que alquilaban como un hostal. Se trata de una ciudad con mucha importancia histórica en el pasado y también en los años más recientes. Fue lugar de graves enfrentamientos durante la Guerra de Osetia del Sur y todavía hoy en día es una zona de tensión. De aquí partimos hacia el norte de Georgia para visitar lugares como la fortaleza de Ananuri o el monasterio de Gergeti, uno de los símbolos georgianos.

Paisajes en el norte de Georgia
Paisajes en el norte de Georgia

Visita frustrada a la fortaleza de Gori

Por la mañana teníamos previsto ir a la fortaleza de Gori, que es uno de los pocos lugares turísticos que tiene la ciudad natal de Stalin. Para ello nos levantamos muy temprano ya que la idea era salir cuanto antes hacia el norte. Sin embargo nos topamos con un grupo bastante numeroso de militares.

Al principio nos pareció simplemente una anécdota. Estaban en las calles cercanas a una vía por la que se accedía a la fortaleza de Gori. Tenían varios camiones y vehículos. No sabíamos el motivo por el que estaban allí. Nosotros simplemente continuamos andando dirección a la fortaleza.

De repente, cuando íbamos andando para subir, llegó un militar y nos dijo que no podíamos acceder. Nos invitó amablemente a que volviéramos y nos dijo, no hablando ya que no sabía inglés, sino a través de símbolos y señas que entendimos. Nos dijo algo así como que de ahí para adelante no podíamos acceder.

Uno de los vehículos militares que había en Gori

No sabíamos la razón y no hablaban inglés. Simplemente había militares y no podíamos ir a visitar la fortaleza de Gori. Así pues volvimos sobre nuestros pasos, fuimos al coche y tiramos dirección al norte.

Gori es una ciudad que se encuentra muy cerca de la frontera con Osetia del Sur, un territorio que Georgia reclama como suyo pero que lleva años en un estado de independencia unilateral. Tienen el apoyo de Rusia. En 2008, 10 años antes de nuestra visita, vivieron importantes batallas en esta zona. De hecho la ciudad fue bombardeada en varias ocasiones y ocupada por el ejército de Osetia del Sur y Rusia.

Existe un campo de refugiados bastante importante muy cerca de la carretera que va hacia el norte del país. Lo vimos por el camino, sin saber en un principio realmente qué era. Se llama Tserovani y es una pequeña ciudad donde hay más de 2.000 viviendas prefabricadas que se construyeron para albergar a los refugiados de guerra de Osetia del Sur desde 2008. Son miles los refugiados que viven aquí.

Subiendo hacia el Cáucaso

Por el camino hicimos una pequeña parada en un supermercado para comprar algo para desayunar y beber. Nuevamente fuimos a un sitio muy local, donde no hablaban nada de inglés. En mi caso personal cogí una botella pequeña de agua para beber y de repente un trabajador me intentó llamar la atención, sin hablar inglés, y no sabía que me quería decir. Ya me di cuenta que lo que quería es que fuera con él a otro pasillo donde tenían agua fresca en un frigorífico. Esto es algo bastante común en Georgia, al menos por lo que pudimos comprobar. La gente suele ser muy amable, intentan ayudar, pero no saben inglés.

Después de comprar algo en el supermercado, continuamos nuestro camino hasta que llegamos a lo que parecía un mirador. Realmente era simplemente una parada en la carretera donde había un par de puestos y la gente paraba para echar fotos. Había unas vistas muy bonitas de las montañas y un lago.

La fortaleza de Ananuri

Al poco tiempo, cuando en total llevábamos hora y media o así de conducción, llegamos a la fortaleza de Ananuri. Es parada obligada. Este castillo es uno de los lugares candidatos a formar parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad.

La fortaleza de Ananuri, en Georgia

Este es un lugar bastante turístico. De hecho aquí nos encontramos con algunos españoles, algo muy raro en Georgia. Estaban haciendo un tour organizado. Aquí hay puestos de souvenirs y como un pequeño mercado.

La mejor fotografía se toma desde el puente. Hay que andar un poco desde el aparcamiento, alejándonos del complejo. Es el mejor punto para echar una fotografía. Pero además, si queremos incluso una mejor, lo ideal es cruzar la carretera y subir una pequeña colina que hay enfrente. Esto no está indicado ni hay camino. Simplemente tenemos que ir por nuestra propia cuenta, subir un poco la colina y desde arriba tendremos unas vistas muy buenas.

Las mejores vistas de la fortaleza de Ananuri, desde una colina
Las mejores vistas de la fortaleza de Ananuri, desde una colina

Podemos subir a la torre del castillo de Ananuri. Eso sí, la verdad es que desde arriba poco se ve. Las escaleras son estrechas y como haya mucha gente se hace bastante lento el subir y bajar. Todo el recinto se puede visitar en media hora.

Este lugar fue la sede de una dinastía importante en el siglo XVIII, los Duques Eristavis. Hoy en día son dos iglesias en el interior de las murallas.

El monasterio está abierto de 9 de la mañana a 20:00h. La entrada es gratuita. Eso sí, en la puerta indican que hay que entrar con ropa adecuada, evitando pantalones cortos, tirantes, etc. También pone que está prohibido hacer fotografías (entiendo que únicamente en el interior del templo) pero la realidad es que todo el mundo estaba haciendo fotos.

Y de aquí continuamos nuestro recorrido hacia el norte. Hay que decir que hasta ahora habíamos tenido un clima de calor, algo similar a lo que puede hacer en gran parte de España en pleno julio. Sin embargo ahora empezamos a ganar mucha altura y eso poco a poco fue cambiando. Nunca llegamos a tener frío, eso sí, pero sí que refrescaba algo.

La Carretera Militar georgiana

El trayecto que comenzamos desde Ananuri fue sin duda uno de los más bonitos de Georgia. Estábamos entrando de lleno en el Cáucaso. Todo lleno de montañas, zonas verdes y naturaleza. No podíamos evitar la tentación de parar de vez en cuando en miradores que veíamos y zonas en las que podíamos echar fotos.

Este trayecto lo llaman la Carretera Militar georgiana. Es el nombre histórico que le dan a esta ruta que une Georgia con Rusia. De hecho llegamos a estar a escasos kilómetros del país ruso. Es una de las pocas opciones que hay para atravesar la cordillera. Por ello es bastante común encontrarse con camiones rusos.

Vacas en la Carretera Militar georgiana
Tramo de la Carretera Militar georgiana

No está mal la carretera en general, pero hay tramos en donde hay que tener bastante cuidado. Especialmente es común encontrarse con vacas durmiendo en la carretera. En invierno tiene que ser muy duro por la nieve.

Monumento a la Amistad entre Georgia y Armenia

Por el camino, a unos 2.300 metros de altitud, nos encontramos con el Monumento a la Amistad entre Georgia y Rusia. Aquí, además de miradores con unas vistas magníficas, podemos encontrar puestos de artesanía y productos locales. Es una parada recomendable.

El Monumento a la Amistad entre Georgia y Rusia fue levantado en 1983 como señal de buenas relaciones entre Georgia y la antigua Unión Soviética. Es una estructura semicircular donde podemos ver murales representativos.

Monumento a la Amistad entre Georgia y Rusia
Monumento a la Amistad entre Georgia y Rusia

Lo construyeron el año del bicentenario del Tratado de Georgivesk, entre el Imperio Ruso y el este del Reino de Georgia. Garantizaba los límites territoriales y establecía un protectorado ruso en esta zona de Georgia. Eran otros tiempos. Hoy en día este monumento sería difícil que lo construyeran debido a las tensiones entre Rusia y Georgia.

Continuamos nuestro recorrido hacia donde se encontraba el alojamiento de ese día. Nos alojamos en un municipio muy pequeño, a unos 8km de Stepantsminda, el pueblo más importante de esta zona.

En el sitio donde nos alojamos realmente era una vivienda de una familia. Tenían una zona habilitada para alojar turistas. Estaba bastante bien. Todo muy limpio y amplio. La mujer que nos atendió no sabía nada de inglés. De hecho creemos que no sabía ni georgiano, sino simplemente ruso. Es común que en esta zona del norte la gente hable ruso. Pero bueno, con gestos y demás más o menos nos entendimos para las cosas básicas. Eso sí, deberían de aprender al menos cosas básicas en inglés o tenerlas escritas.

Después de dejar aquí las cosas continuamos hacia el norte. Fuimos a Stepantsminda a comer. Este pueblo es realmente turístico. Había muchísimos rusos por su cercanía. Esta zona es muy popular en invierno para esquiar. De hecho vimos que estaban construyendo bastantes hoteles en zonas de esquí. Seguro que en unos años es un lugar mucho más visitado por europeos.

El monasterio de Gergeti, un icono en Georgia

El objetivo para esa tarde era subir al monasterio de Gergeti. Se puede hacer en coche, siempre y cuando sea un 4×4 y esté adaptado. Eso sí, estaban construyendo, o al menos mejorando, una carretera. Es posible que no tarde mucho en estar operativa. Sin embargo nosotros decidimos subir caminando y evitarnos posibles problemas. Además, era parte de la aventura.

También ofrecen subir en taxi. Abajo, junto a la zona de restaurantes, hay muchos taxistas que ofrecerán subir. No es demasiado barato para ser Georgia, pero es una opción. Creo que por unos 15€ suben. Una de las cuestiones durante la preparación del viaje era la de cómo subir al monasterio de Gergeti. Habíamos leído muchas cosas, pero la verdad es que es más fácil de lo que parece.

El monasterio de Gergeti
El monasterio de Gergeti

Nosotros lo hicimos a pie, aunque primero llegamos en coche hasta un pequeño pueblo frente a Stepantsminda y allí aparcamos. Tardamos unos 40 minutos en subir a pie. Es cierto que prácticamente no paramos. La subida no es excesivamente dura, aunque cuesta un poco. Lo ideal es hacer alguna parada por el camino. Muy importante llevar agua. También hay que tener en cuenta que estamos a algo más de 2.000 metros de altura. Aquí el nivel de oxígeno no es el mismo que si nos encontramos a 500 metros. No es que se note en exceso, pero para una subida de este tipo algo sí que hace.

El trayecto es muy bonito. Los senderos no están realmente bien señalizados, pero todo es muy intuitivo. No tiene pérdida y rápidamente ya vemos a lo lejos el monasterio.

El monasterio de Gergeti es uno de los lugares más famosos de Georgia. El lugar donde se encuentra, con las montañas del Cáucaso rodeándole, hace que sea una zona fantástica. Merece la pena dedicar tiempo. El edificio en sí es bonito, pero no tiene nada extraordinario. Más bien es todo lo que rodea.

El monasterio de Gergeti, en Georgia
El monasterio de Gergeti, un icono en el norte de Georgia

Para que nos hagamos una idea del enclave en el que se encuentra, Rusia está a 8km de aquí y Osetia del Sur a menos de 30km. Además, desde aquí podemos ver el Monte Kazbek, que es una de las montañas más altas de Europa con 5.047 metros de altitud.

Vistas del Monte Kazbek, desde el monasterio de Gergeti
Vistas del Monte Kazbek, desde el monasterio de Gergeti

La pena, o al menos es mi opinión, es que por culpa de los coches que suben se cargan un poco la belleza del lugar. No es que haya un camino para subir o bajar, sino que los coches aparcan donde quieren o empiezan a ir a otros lugares en vez de caminar y se van creando caminos alternativos. Eso hace que una zona que sería completamente verde, tenga marcadas las ruedas de los vehículos y haya zonas demasiado amplias de tierra embarrada.

Tras pasar aproximadamente una hora aquí arriba, volvimos a bajar. El trayecto se hace mucho más fácil, aunque hay que tener cuidado ya que hay zonas pedregosas donde es fácil resbalar.

Compramos agua y algunas cosas para desayunar al día siguiente en una tienda en Stepantsminda y volvimos hacia nuestro alojamiento. Había una tienda que se llamaba Market Google. Nos pareció curioso, ya que las letras y nombre eran como el famoso buscador de Internet.

Market Google, en Stepantsminda
Market Google, en Stepantsminda

Cuando cayó la noche la temperatura bajó bastante. Estábamos a más de 2.000 metros de altitud y, aunque era verano, la temperatura era bastante fresca. No podemos decir que hiciera frío, pero sí lo suficiente para ponerse mejor ropa larga.

Esa noche fuimos a comer a uno de los pocos restaurantes que había en el pequeño pueblo donde nos hospedábamos. Casualmente aquí estaban comiendo unos españoles. Probamos varios platos típicos georgianos y no muy tarde nos fuimos de vuelta para dormir.

Al día siguiente tocaban otras buenas horas en coche dirección hacia el sur, antes de volver a la capital, Tiflis, para entregar el coche y coger el tren nocturno hacia Armenia.

Mapa de las visitas

Javier Jiménez

En 2011 hice mi primer Inter-Rail y desde entonces no he parado de viajar. Siempre llenando la mochila de experiencias y desgastando suela por el mundo. Una de mis pasiones es escribir sobre mis viajes.

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